Dios Santo, lléname de bendiciones, como la lluvia empapa la tierra seca.
Bendice el momento de mi concepción, nacimiento y santo bautismo, y todos los días de mi infancia.
Bendice la recepción de la Santa Confirmación y los días de mi juventud.
Bendice el momento del Santo Matrimonio y toda la vida matrimonial.
Bendice mis embarazos, el nacimiento y la crianza de mis hijos.
Bendice a mis hijos y descendientes, bendícelos abundantemente, Señor.
Bendice a mi familia, amigos y conocidos, y mi relación con ellos.
Dios Santo, llénanos de bendiciones, como la lluvia empapa la tierra seca.
Bendice mi trabajo, mis oraciones y buenas acciones para que sean en tu honor.
Bendice las comunidades de oración a las que pertenezco para que crezcan en tu gracia.
Bendice la escucha de tus palabras para ponerlas en práctica.
Bendice mi participación en la Eucaristía para que sea mi salvación.
Bendice mis viajes para que me lleven a mi destino.
Bendice también mi descanso para que sea tiempo pasado contigo.
Dios Santo, llénanos de bendiciones, como la lluvia empapa la tierra seca.
Bendice mi pasado, presente y futuro para que cumpla tu voluntad.
Bendíceme incluso cuando te traicione y peque, y sé mi gracia.
Bendice mis pruebas y cruces para acercarme más a ti.
Bendice a aquellos que me resultan difíciles para que los ame de corazón.
Bendice a aquellos a quienes he lastimado para que me perdonen, como tú, Dios.
Bendice también el momento de mi muerte y llévame a la morada eterna de todos los santos.
Amén.
Segunda oración de bendición
Que el Señor te bendiga.
Que te dé fuerza y valentía para seguir tu propio camino, para buscar y encontrar el camino que está destinado para ti.
Que te proteja y te guarde de todas las dificultades, para que nunca te sientas solo, abandonado e indefenso ante las adversidades.
Que siempre encuentres un buen corazón que esté a tu lado.
Que siempre habite en el resplandor de Su Rostro y te conceda abundantemente Su misericordia.
Que te dé ojos y oídos abiertos,
para que siempre reconozcas Sus obras y maravillas en las cosas sencillas de la vida cotidiana.
Que te dé seguridad interior y refugio, para que el miedo no sea tu compañero constante.
Que te conceda un corazón alegre cada día, una sonrisa en tus labios, una sonrisa que calme y libere a los demás.
En los momentos oscuros, que te envíe Su estrella que te guíe, y en la tristeza, personas que te consuelen.
Que te dé suficiente paz y sueño.
Que siempre esté contigo con Su bendición.
Que te rodee con Su presencia, en la cual puedes crecer y madurar,
y encontrar tu camino.
Así te guarde el Señor, tu Dios, quien te llamó a la vida y quiere que vivas y seas feliz.
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