Querido Dios, al final de este año vengo a agradecerte por todo lo que me has dado.
En primer lugar, te agradezco por innumerables gracias y dones espirituales. Te agradezco por haber escuchado tantas de mis peticiones, por haber corregido tantos de mis errores y por haberme iluminado y consolado con tantas revelaciones y consuelos espirituales.
También te agradezco por la gracia de la vida temporal, especialmente por haberme mantenido con vida este año. Gracias por muchas otras bendiciones: por la salud, la felicidad, la armonía familiar, por el éxito en mis emprendimientos y por las bendiciones en asuntos temporales.
Señor, me has guiado maravillosamente durante el año. Sé mi fuerza también el próximo año. Permíteme servirte con más fidelidad y cumplir tu voluntad de manera más perfecta, para que venga lo que sea de tu agrado. Tú estás conmigo, ¿de qué debo temer? En ti, Señor, confío, no seré avergonzado por siempre.
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