Misericordioso y todopoderoso, eterno y buen Dios, bendice esta mañana y este día que me has regalado,
que se convierta en un día de salvación, un día que me traiga bendición, paz y alegría a mí y a todos los que me rodean.
Bendíceme al comienzo de este día y todo lo que haga, piense y desee, diga y rece hoy.
Que mi trabajo sea una bendición para los demás y una fuente de amor verdadero y felicidad inalterada.
Bendice a mi familia, a mis hijos y a todos mis amigos, a todos los que encuentre hoy, a quienes tú me envíes.
Que tu poderosa bendición ayude a aquellos que hoy sentirán el peso de la vida y la angustia.
Buen Dios, sabes que somos pecadores y débiles, que las tentaciones son grandes y que sin tu bendición,
no somos capaces de resistir y superar todas las dificultades.
Por eso te pedimos fervientemente tu ayuda y bendición. Que nos des fuerza y consuelo, justo cuando más lo necesitemos, cuando creamos que ya no podemos más.
Sé tú nuestro descanso, sé consuelo para todos los afligidos, tristes y heridos, los enfermos y angustiados.
Recita también esta oración apropiada: Oración de entrega total a Dios