La Coronilla de las 7 Alegrías de María, según el registro del historiador franciscano Wadding, fue enseñada por la misma Bienaventurada Virgen María a un devoto novicio franciscano. Por lo tanto, se le llama también el rosario franciscano. Consiste en 7 decenas (1 Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria) en honor a las 7 alegrías de la Bienaventurada Virgen María.
- Dios, ven en mi ayuda.
- Señor, date prisa en ayudarme.
Gloria al Padre …
Antes de cada decena se reza:
Bendito sea el mundo y la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios.
- En el primer misterio gozoso contemplaremos cómo el ángel Gabriel anunció a María que concebiría a Jesús por el Espíritu Santo.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
- En el segundo misterio gozoso contemplaremos cómo la Bienaventurada Virgen María visitó a su prima Santa Isabel.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
- En el tercer misterio gozoso contemplaremos cómo la bienaventurada virgen María dio a luz a Jesús en el pesebre de Belén.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
- En el cuarto misterio gozoso contemplaremos cómo los tres Reyes Magos del este vinieron a adorar a Jesús.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
- En el quinto misterio gozoso contemplaremos cómo María encontró a Jesús entre los maestros en el templo de Jerusalén.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
- En el sexto misterio gozoso contemplaremos cómo Jesús se apareció a su Madre después de la resurrección.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
- En el séptimo misterio gozoso contemplaremos cómo María Asunta fue al cielo y coronada como reina del cielo y de la tierra.
(Padre Nuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria).
Oremos: Dios, que permitiste que el Corazón de tu santísimo Madre se llenara de maravillosas alegrías en ti: concédenos Gracia viva que, por sus méritos, seamos constantemente llenos de consuelo celestial. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Otra forma de rezar el rosario
En cada decena se contempla 1 misterio como sigue:
- A quien tú, Virgen Inmaculada, concebiste con alegría por el Espíritu Santo.
- A quien tú, Virgen Inmaculada, llevaste con alegría a visitar a Isabel.
- A quien tú, Virgen Inmaculada, diste a luz con alegría.
- A quien tú, Virgen Inmaculada, mostraste con alegría a los tres magos.
- A quien tú, Virgen Inmaculada, encontraste con alegría en el templo.
- A quien tú, Virgen Inmaculada, viste resucitado con alegría por primera vez.
- A quien te llevó al cielo con alegría, Virgen Inmaculada, y te coronó como Reina del cielo y de la tierra.
Letanías Lauretanas
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, escúchanos.
Cristo, atiéndenos.
Padre celestial, Dios, ten piedad de nosotros.
Hijo, Redentor del mundo, Dios,
Espíritu Santo, Dios,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la gracia de Dios,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre inmaculada,
Madre intachable,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen llena de gracia,
Virgen fiel,
Espejo de justicia.
Trono de sabiduría.
Causa de nuestra alegría.
Vaso espiritual.
Vaso digno de honor.
Vaso insigne de devoción.
Rosa mística.
Torre de David.
Torre de marfil.
Casa de oro.
Arca de la Alianza.
Puerta del cielo.
Estrella de la mañana.
Salud de los enfermos.
Refugio de los pecadores.
Consuelo de los afligidos.
Auxilio de los cristianos.
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina Asunta al cielo,
Reina del Santo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz,
Reina de la Orden Franciscana.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oremos.
Concédenos, te rogamos, Señor Dios, a tus siervos, gozar perpetuamente de salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, ser librados de las tristezas actuales y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo
Nuestro Señor. Amén.
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