Me pongo en la presencia de Jesucristo. Y me someto a su autoridad. Me visto con toda la armadura de Dios para poder resistir los ataques del diablo (Ef 6,10-11).
De pie firmemente, me ciño los lomos con la verdad, me pongo la coraza de la justicia (Ef 6,14).
Calzo mis pies con la disposición de difundir el evangelio de la paz (Ef 6,15).
Tomo el escudo de...