Oh Dios todopoderoso, omnisciente,
que eres sin principio ni fin,
que eres el dador y sustentador de las virtudes.
Dígnate a fortalecerme en el sólido fundamento de la fe,
y protegerme con el escudo infranqueable de la esperanza,
y adornarme con el vestido nupcial del amor.
Permíteme someterme a ti con justicia,
guardarme de las emboscadas del diablo con prudencia,
a mantenerme en la moderación,
y soportar pacientemente las adversidades con fortaleza.
Permíteme...