Señor Jesucristo, gracias por amarme, gracias por morir en la cruz por mí. Por tu muerte y resurrección me has redimido y liberado. Muéstrame tu gracia, perdóname todos mis pecados. Me entrego por completo a ti. Entrego mi corazón, mente, alma y espíritu, mi voluntad, todo mi ser. Soy completamente tuyo y te doy permiso para hacer en mí, lo que quieras.
Te invito a entrar en mi vida y ser el Señor, Rey, Salvador y Sanador de mi vida. Renuncio a Satanás y a sus obras vacías y promesas vacías. Cúbreme, Señor Jesús, con tu preciosa sangre desde la cabeza hasta los pies, y protégeme de los ataques, trampas y tácticas del mal. Envía al Espíritu Santo para fortalecerme y capacitarme, para guiarme y ayudarme a ser más como Jesús en todo aspecto.
Ven, Espíritu Santo, y derrama tus dones y frutos sobre mí, para que mi vida sea para la mayor gloria de la Santísima Trinidad.
María, Madre de mi Salvador, Madre de Dios, ruega por mí todos los días de mi vida. Que el manto de tu amor y protección esté siempre sobre mí. También ruego a todos los ángeles celestiales, ángeles protectores y guardianes, ángeles de autoridad y dominio, ángeles de sanación y milagros, ángeles de amor, paz y alegría, a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, y a todas las legiones de ángeles de Dios en el cielo, que me rodeen y me ayuden todos los días de mi vida. Todo esto lo pido en el poderoso nombre de Jesús.
Amén
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