Dios y mi Creador!
En este día, por tu gracia, vi la luz del mundo por primera vez. Me despertaste de la nada a la vida para conocerte y amarte, para servirte y así llegar a ser digno de amarte y disfrutar de la gloria celestial eternamente.
¡Gracias, oh mi Dios! Te doy las gracias más hermosas por estas grandes bendiciones que ya me has dado y las que has preparado para mí. Te agradezco especialmente por la gran gracia, que me has concedido. inmediatamente después de llegar a este mundo, al regenerarme para el cielo a través del santo bautismo, mi verdadero hogar.
¡Ay, cuánto lamento, mi buen Creador y Redentor, no haber aprovechado mejor estas grandes gracias hasta ahora, e incluso haber perdido algunas para mi vergüenza y daño! Perdóname, Padre misericordioso, por estos pecados odiosos. Me arrepiento sinceramente de ellos. Siempre te estaré agradecido, amable Creador de mi vida.
Siempre me someteré a ti en todo.
Amén.
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