En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Te rogamos, Señor, que por tu gracia precedas nuestras acciones y nos acompañes con tu ayuda, para que cada una de nuestras oraciones y obras siempre comience contigo y se complete por ti. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
1. DÍA:
Oh Virgen María, concebida sin pecado original, tu pureza inmaculada es como la zarza ardiente que Moisés contempló, apaga en nosotros el fuego de los deseos pecaminosos que hacen que innumerables almas se pierdan. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
2. DÍA:
Oh dichosa Virgen María, preservada del pecado original como una misteriosa arca, que se salvó del diluvio universal, protégeme también del diluvio de tantos pecados que han inundado todos los pueblos y ciudades cristianas. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
3. DÍA:
Oh María, hermosa paloma pura, que apenas saliste de las manos de Dios y te elevaste con las alas de tu santa inocencia, sin caer nunca en el lodo de impureza en el que se hunde todo el mundo, permíteme elevarme también con las alas del amor de Dios sobre un mundo infectado por este pecado, y aborrecer todos sus deleites pecaminosos y sus bienes inconstantes. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
4. DÍA:
Oh Virgen María, pura, que siempre estuviste junto a la fuente de la Gracia divina, floreciste como una palma fértil con la fragancia de todas las virtudes, haz que también se me abran las puertas de la Gracia divina para que pueda alcanzar un fruto digno de penitencia. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
5. DÍA:
Oh amada Virgen María, que eres como un jardín cerrado adornado en el que nunca entra la serpiente venenosa del infierno, no permitas que ningún pecado se infiltre en el jardín de mi corazón. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
6. DÍA:
Oh Virgen María pura, que apareciste en este mundo como una aurora rosada sin mancha ni oscuridad, haz que nunca me adentre en las tinieblas del pecado mortal. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
7. DÍA:
Oh Inmaculada Virgen María, que desde el principio floreciste como un lirio fragante, extendiendo tu noble fragancia en todas direcciones, que nunca el viento venenoso del pecado contamine mi corazón con el pecado impuro de la lujuria. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
8. DÍA:
Oh dulce Virgen María, que concebiste y diste a luz por el Espíritu Santo el fruto divino de tu vientre, obtén para mí, por tus méritos, la virtud de la pureza, a la cual se promete la visión del rostro de Dios, como dice nuestro Salvador Jesús: «Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios». Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
9. DÍA:
Oh Virgen María, la más amada por Dios, la más querida y siempre bien recibida por Él, obtén para mí la gracia de vivir santamente en este mundo y morir santamente, para así alcanzar la eterna bienaventuranza donde te alabaré y glorificaré a Dios junto con todos los santos, y te agradeceré por las gracias obtenidas. Bendito sea el santo e inmaculado concebimiento de la Madre de Dios.
Ave María…
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