Marijo, Reina del Amor, Reina de la Paz, y yo queremos abrir nuestros corazones al Espíritu Santo como tú abriste el tuyo, como me llamaste: ¡Ven, Espíritu Santo!
Oración al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, derrama sobre mí torrentes de tus Gracias y crea nuevos Espíritus en tu Iglesia, en tus obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles, incrédulos, pecadores y todos nosotros, en todas las naciones del santo, en todas las razas, clases y estamentos.
Te pido, Espíritu Santo, sacúdeme con tu divino vendaval, límpiame de todo pecado y error y de todo mal.
Enciéndeme con tu fuego, haz que arda y consuma con tu amor. Enséñame a comprender que Dios lo es todo, toda mi felicidad y alegría, que solo en Él está mi presente, futuro y eternidad.
Ven a mí y transfórmame, conviérteme, sálvame, reconcíliame, unifícame, ilumíname, protégeme, guíame.
Enséñame a ser completamente de Cristo, completamente tuyo, completamente de Dios, por la intercesión y mediación, bajo la guía y protección de la Inmaculada Virgen, tu purísima Esposa, María, Reina de la Paz. Amén.
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