Bendito San Pedro!
Jesús te honró con signos especiales de su favor y te dio primacía sobre todos los apóstoles debido a tu fe viva y generosa, tu profunda humildad sincera y tu amor entusiasta. Te convirtió en la piedra fundamental de toda la Iglesia.
Ruega por mí para que obtenga la gracia de una fe viva y la fortaleza para no avergonzarme de profesar públicamente esta fe, sino estar dispuesto a dar testimonio de mi fidelidad al Salvador a través de la paciencia. Obtén para mí una devoción filial a la Santa Madre Iglesia, una fidelidad sincera e impecable al Santo Padre, que es el sucesor de tu fe y tu autoridad suprema, y la cabeza visible de la Iglesia Católica.
Permítenos escuchar obedientemente todas sus enseñanzas y consejos, y cumplir todos sus mandamientos, para que podamos disfrutar de paz y seguridad en la tierra y obtener la felicidad eterna en el cielo.
Amén.
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